Período de transición comprendido entre la aparición de la pubertad, que marca el final de la infancia, y el inicio de la edad adulta en el que existen numerosos cambios psicológicos, biológicos y sociales. Para la Organización Mundial de la Salud, la adolescencia es el período entre los 10 y 19 años. En el que los padres no comprenden el cambio en la relación con sus hijos, ya que estos pierden el interés por sus padres para aumentar el apego por sus iguales.
Entre los cambios biológicos destacamos la producción hormonal, andrógenos y estrógenos, además la glándula pituitaria también estimula las glándulas endocrinas como el tiroides, las adrenales y las gónadas (ovarios y testículos) que explican los cambios físicos, la maduración sexual y que intensifican los estados anímicos. Esta inestabilidad hormonal tiene efectos sobre el desarrollo del sistema límbico que es el responsable del control de las emociones y que en los adolescentes más jóvenes, cuyos lóbulos frontales en desarrollo no están suficientemente maduros para reprimir impulsos, podrían explicar la impulsividad ocasional, sus conductas de riesgo, a veces adictivas y las denominadas “tormentas emocionales” observadas en portazos, música a todo volumen, conductas desafiantes hacia los padres, etc. De esta forma, parte de ciertas conductas que preocupan a los padres podría tener su justificación en factores madurativos independientemente de las características y circunstancias de su entorno.
Los cambios psicológicos son de gran importancia en esta etapa de la vida ya que es cuando se desarrolla la identidad y el autoconcepto, es decir, se desarrolla la personalidad. Se tienen deseo de independencia y se comienza a tomar decisiones por uno mismo que no siempre coinciden con las de sus padres, por lo que muchos adolescentes piensan que sus experiencias son únicas y que no los comprenden, provocando conflictos. Aunque casi todos llegan a alcanzar lo que Piaget llama. Operaciones formales, encuentran el equilibrio entre su independencia, la dependencia con sus padres y se convierten en individuos capacitados para pensar de forma lógica.
Los cambios sociales, punto clave para los adolescentes. Es en esta época cuando el número de los amigos aumenta. No se limitan al grupo de compañeros de clases a los primos y los vecinos, el círculo social crece, y se ponen en práctica y perfeccionamiento las habilidades sociales aprendidas hasta el momento. El buen uso de ellas hace que mejoren sus relaciones lo que será de vital importancia para su autoestima. Es en este momento cuando aparecen las amistades íntimas, relación mutua que comparten pensamientos, sentimientos y se consuelan entre sí.
Por todos estos cambios es una época de gran inestabilidad y el momento idóneo para la aparición de conflictos familiares, síndrome de nido vacío, ansiedad, consumo de sustancias, trastornos alimenticios y desarrollo de trastornos mentales graves, etc.